top of page
Nat_logo_png.png
Ntrevistas.com logo
  • LinkedIn - Círculo Negro
  • Instagram
  • Facebook - Círculo Negro
  • Twitter - Círculo Negro
  • YouTube - Círculo Negro

NTREVISTAS: TOKYO 2020, en honor al deporte y a la salud mental

  • Foto del escritor: NATHALIE TACCHINO
    NATHALIE TACCHINO
  • 13 oct 2023
  • 4 Min. de lectura

Publicado en: Perú Deportes - setiembre 2021


A través de la historia, la salud mental ha sido tratada y manipulada dentro de una caja de revelado, entre el oscurantismo y el prejuicio. Quizá sería mejor decir que no-ha-sido-tratada, al menos como lo ha ameritado desde un inicio en términos privados y médicos, y protegida por políticas públicas a la altura.

Parte fundamental del desarrollo integral de una persona se encuentra en la mente, en la psiquis, el pensamiento, las emociones, en el torrente agitado de sustancias químicas que habitan, cohabitan, chocan entre sí y se pierden, alborotan y se vuelven a encontrar en el cerebro humano, que como todo órgano vital necesita la misma atención y cuidado.

A pesar de su gran importancia, hemos sido testigos de cómo se ha manejado aquel cuco o tabú llamado “salud mental”, al punto de estigmatizarlo tanto que quienes padecen algún tipo de enfermedad o trastorno psíquico escogen no buscar ayuda frente a la desinformación y el ninguneo del grueso común y la consecuente culpa, eligiendo agregar esfuerzos en tratar de ocultarlo y -por ende e innecesariamente- sufrir el doble.

Hoy, luego de vivir una pandemia que produjo, inevitablemente, sentimientos negativos, angustias y temores frente a millones de muertes y a la incertidumbre prolongada, y donde se desataron -o terminaron por destapar- las consecuencias de esa desatención hacia los problemas de salud mental, llegó una sana tregua para los amantes del deporte: los Juegos Olímpicos Tokyo 2020. Estos Juegos vendrían luego de un año de aplazamiento producto de la Covid-19. Sería el respiro para muchos ver a los mejores atletas del globo compitiendo y representando los valores del olimpismo.

Tokyo 2020 se convirtió en más que unos Juegos Olímpicos. Mejor dicho, fue el escaparate perfecto para mostrar con mayor autenticidad el lado humano de aquellos héroes que por fuera pareciesen inquebrantables. La gimnasta Simone Biles, multicampeona olímpica y mundial, escogía retirarse de varias pruebas priorizando su salud mental antes que cualquier medalla. No se sentía bien para enfrentar la presión que cargaba por años, sin contar los abusos de los que fue víctima desde muy joven. Expuso y normalizó ante el mundo que está bien no estar bien.

Meses atrás, la tenista japonesa Naomi Osaka se retiraba del torneo parisino de Roland Garros luego que este la multara por no presentarse a una conferencia de prensa tras su victoria. Osaka dio sus motivos: hacía tiempo lidiaba con ansiedad, depresión y ataques de pánico. Buscó anteponer su salud mental. Tuvo que salir obligada a contarlo porque la prensa ya la etiquetaba de “sobrada” y “dramática”. Aun así, al día de hoy, lo siguen haciendo, incluido el ex tenista alemán, Boris Becker.

Junto a estos casos mediáticos, tantos más que no finalizan con puntos felices. Historias que culminan en suicidios. Debido al juzgamiento y presiones sociales, profesionales y hasta familiares, las personas se asfixian con sus penas por callar, por el qué dirán, tomando decisiones que dentro de su percepción son la única vía de escape a su sufrimiento. No hace mucho, varios jugadores de fútbol de la región decidieron acabar con sus vidas. El machismo instaurado es uno de los mayores causantes de los problemas psicosociales que nos aquejan. Con el “los hombres no lloran” inyectado desde la infancia, solo se reprimen emociones, causando traumas, dolor y muerte.

A esta problemática, se le suma el errático tratamiento del tema por parte de la prensa y los comentarios poco empáticos provenientes de los pares, de los propios deportistas.

Hablar desde el desconocimiento es peligroso, y sumado a los prejuicios, es fatídico. Reconocidos periodistas han tocado noticias sobre suicidios de futbolistas de países vecinos, parados desde el atril de la ignorancia, cuestionando, juzgando. Tomando la postura superior y plástica del ¿Cómo vas a estar deprimido (encima, usando el término como sinónimo de “estar triste”) si lo tienes todo: casa, comida, carro de lujo, esposa, hijos, dinero, éxito, fama, etc., etc.? Además, poniéndose de ejemplo: En mi época... no existía eso “lo del psicólogo”. Tonterías. ¿Tonterías?

Es común toparse con periodistas y personas de a pie, en redes sociales, sacando lo peor ante estos casos. La facilidad de no poder -o querer- ponerse en el lugar del otro es alarmante. Hasta que le toque a alguien cercano o a uno mismo. No lo sé.

El tenista serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo, también se refirió de costado sobre el retiro de Simone Biles durante los Juegos Olímpicos, jactándose que: “La presión es un privilegio, amigo. Y sin ella no existiría el deporte profesional. Si tu objetivo es estar en la cima de tu deporte, lo mejor es que comiences a aprender a lidiar con la presión y los momentos difíciles, tanto en la pista como fuera de ella”, y añadía que él ya había aprendido a manejarla como también a gestionarse ante las derrotas. Posteriormente, el mismo personaje, reventaba su raqueta contra la red, luego de lanzar otra hacia las gradas. No fue todo. Después de perder aquel partido por el bronce en individuales, decidió retirarse de la semifinal del dobles mixtos dejando a su pareja sin opción a medalla.

Sin embargo, llegan nuevos tiempos. Deportistas y otras figuras ya empezaron a exponerlo -y a exponerse- en la palestra pública. Referentes globales decididos a enseñar sus heridas y cicatrices, demostrando con ello que siendo los mejores pueden ser también vulnerables. Ser humano no es excluyente. Al contrario.

El legado más notable de Tokyo 2020, sin duda, ha sido que luego de un año y medio durísimo, sus protagonistas han brindado esperanza, visibilizando uno de los diversos temas que la historia se ha encargado de estigmatizar. Y así, personas que necesitaban más que nunca un aliento, se han visto reflejadas, inspiradas y motivadas. Quién sabe -ojalá- hasta salvadas.

Desde nuestro punto, que nos sirva de ejemplo. Nunca es tarde para aprender a ser más solidarios con el de al lado. Debemos ser conscientes de la responsabilidad y el rol que tenemos al informar y comunicar con respeto y empatía, buscando educar y sensibilizar, y alejándonos de discursos básicos que solo arrastran y empujan al abismo.

Hay que ser muy valientes para admitir necesitar ayuda. Normalicemos el asunto y contribuyamos a empoderar y a generar coraje a quienes aún no se animan. Como profesionales y como sociedad debemos comprometernos en colgarnos la medalla olímpica de la responsabilidad comunitaria, dejando atrás ese dedo fácil y nocivo que solo sirve para señalar, demoler, juzgar y ser parte central del problema.


 
 
 

Comments


|||| © 2023 por Nathalie Tacchino ||||

bottom of page