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  • Foto del escritorNATHALIE TACCHINO

NTREVISTAS: Yanet Sovero, nacida para triunfar

Por: Nathalie Tacchino Publicado en: Perú Deportes - abril/mayo 2016

Un flash de luz cálida y punzante irradia desde sus ojos, como fiel reflejo de la inevitable emoción al recordar cada uno de los sacrificios y obstáculos que ha tenido que pasar durante su vida, para ganarse el justo lugar que ocupa hoy en la historia del deporte peruano. Y es que, a Yanet Sovero nada le ha caído del cielo.


 Disciplinada y con una personalidad arrolladora, un carisma contagiante y una actitud positiva frente a las vicisitudes cotidianas, Yanet se ha consolidado, durante los últimos años, como una de las exponentes más importantes de la lucha libre peruana.


A sus 32 años, su constancia y dedicación le han valido de mucho para lograr lo que pocos. Entre lo más destacado: cuatro títulos sudamericanos, varios subcampeonatos bolivarianos y panamericanos, y una medalla de bronce en los Juegos Panamericanos Toronto 2015. Aun así, no se conforma. Su meta máxima es clasificar a unos Juegos Olímpicos, por estos días los de Río 2016 los cuales se llevarán a cabo en agosto próximo.


Hija de Emma Niño y Alfonso Sovero, Yanet es la sétima de diez hermanos. Su niñez transcurrió entre Comas y Carabayllo, entre amor y muchas piedras en el camino. Sin embargo, desde muy pequeña, el deporte fue su más cercano aliado. Digamos que por obligación. Su padre, un hombre drástico, los despertaba a las cinco de la mañana, a ella y a sus hermanos, para que salieran a correr. El esfuerzo físico, las ranas, las planchas, las polichinelas, eran frecuentes cuando no obedecían y se rebelaban ante las excesivas reglas del padre.


De esta manera, Yanet le fue agarrando el gusto a los desafíos, a lo difícil, a cada reto en la calzada. De castigo en castigo, fue construyendo su fisonomía, el temple y ese carácter resiliente que la define de pies a cabeza.


Fue recién a los 17 años que su vida cambió. Yanet le pidió permiso a su padre para ir a la Videna, y por obra de gracia, él aceptó. Desde ese día, el rumbo de “la china” giró por completo: conoció la lucha libre y luego de dos años, con sólo 19, logró su primera medalla de plata en un panamericano de mayores. La primera de muchas. El mito nacía para hacer historia.


Hoy, Yanet comparte su vida entre entrenamientos a doble turno y la crianza de su hijo Diego, de 7 años, su engreído, a quien le dedica cada triunfo y cada minuto lejos, a quien extraña cuando viaja a competir y a prepararse por temporadas en el extranjero, a quien le transmite esa admirable nobleza que la caracteriza, esa dulzura tan suya e impensable en un deportista de una disciplina un tanto –o bastante- ruda, esa tenacidad y entrega aprendidas de su madre Emma, la misma quien le inculcó los valores que le permiten ser quien es hoy en día: una mujer de lucha pero ante todo, una mujer de puro corazón. N: En abril y mayo viajarás a Mongolia y a Turquía, respectivamente, para buscar la clasificación a Río 2016. ¿Cómo te sientes? Y: Me siento muy comprometida y segura pues sé que es un objetivo que puedo alcanzar. Será difícil pero lo daré todo como siempre. N: Serían tus primeros JJ.OO, ¿qué expectativas tienes? Y: Lo tomo con calma. Primero debo luchar para conseguir la clasificación. Si se da, seguiré preparándome para morir en el colchón y así buscar la mejor ubicación posible y por qué no, pensar en situarme entre las cinco mejores. N: Tienes varios títulos y logros a nivel panamericano, sudamericano, bolivariano, ¿a cuál le tienes más cariño? Y: A mi primera medalla panamericana que fue de plata y que la conseguí en el 2002. Fue mi primera competencia internacional y con esta pude confirmar que estaba hecha para este deporte que tantas satisfacciones me ha regalado. N: ¿Qué se vendrá luego para Yanet Sovero? Y: Bueno, por mí lucho hasta el fin de mis días, pero es bastante difícil y hay que darle la oportunidad a las nuevas generaciones. Ah, pero si no me ganan que sigan entrenando porque aún hay Yanet para rato (risas). De todas formas quisiera estar presente en los Juegos Panamericanos Lima 2019 y mejorar el bronce conseguido el año pasado en Toronto. N: Tu hijo Diego tiene 7 años, ¿qué tan difícil es viajar y tener que alejarte de él? Y: Es bastante difícil tener que dejarlo pero gracias a Dios cuento con el apoyo de mi mamá. Aun así es muy complicado pues él es mi vida y como es tan terrible, siempre tengo el temor de que le pueda pasar algo y eso nunca podría perdonármelo. N: ¿Te gustaría que practicara lucha? Y: Me gustaría que practique el deporte de su preferencia. Mientras él esté cómodo, yo feliz. N: ¿Cuánto influyó tu padre en tu vida deportiva? Y: Mi papá es todo un personaje. Él está presente en cada cosa que hago, más aún en el deporte. Predica que éste es la mejor medicina para cualquier mal. Por ejemplo, cuando le decía: “Papá, me duele la cabeza” su respuesta era: “Eso es falta de ejercicio hijita, así que salga a correr”. Era muy autoritario y por eso creo que nunca me enfermé de nada. Además, nos despertaba a las cinco de la mañana para ir a correr y hacer ejercicios. El 13 de junio del 2000 me dio la autorización para poder salir e ir a la Videna donde por primera vez conocí la lucha olímpica. Desde ese día todo cambió. N: ¿Cómo te definirías? Y: Soy una persona normal, simple, directa, protectora. Me preocupo mucho por la gente que quiero. N: ¿A quién admiras? Y: A mi mamá. Ella luchó toda su vida por ver a sus hijos realizados y la vida le dio ese gusto. Tanto sacrificio no podía ser en vano. La amo. N: ¿Qué mensaje le darías a los jóvenes deportistas que sueñan con subirse a un podio internacional? Y: Que luchen, que se sacrifiquen. Nada es fácil en esta vida. Que se esfuercen y sobre todo, que sean buenas personas. Que te reconozcan por ser un deportista destacado es bonito, pero que, a su vez, te reconozcan por ser una buena persona, es mucho mejor. #Ntrevistas #YanetSovero #LuchaLibre #Peru #Rio2016 #PeruDeportes #NathalieTacchino

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